Vivir en los Estados Unidos

Desde El Otro Lado

Cali Baja, La mega región transfronteriza


En mi postal anterior, titulado La Línea, comenté que siempre me ha interesado observar la dinámica que se da en la zona fronteriza de Tijuana y San Diego. Las similitudes, y también las grandes diferencias culturales de ambas regiones. El cómo la comunidad de un lado de la frontera percibe y trata a la del otro lado.

Los hombres de negocios y las autoridades insisten en llamar a esta región, la compuesta por las comunidades de los dos condados de California que tienen frontera con México, y la del estado de Baja California como una mega zona metropolitana de más de 6 millones de personas. Y a la región Tijuana-San Diego como una sola zona conurbana. Pero para los residentes comunes no lo es. El horrible muro que separa a Baja California de California es una muestra de ello; y el trato diferencial que se da a los ciudadanos para entrar de un país al otro es muy notorio.

El simple reconocimiento en nuestros medios de comunicación sobre la presencia de la comunidad del otro lado de la frontera difiere mucho Tijuana de San Diego; llámese televisión, radio, espectaculares, y señalización de carreteras. Por ejemplo, vea usted el reporte del estado del clima que hacen las televisoras que sirven en inglés al mercado de San Diego. No incluyen a Tijuana, sin excepción. Mientras que las televisoras de Tijuana no solamente cubren el estado meteorológico de San Diego, sino que siempre incluyen noticias de esa ciudad. El canal 12, por ejemplo, tiene la misión de servir a ambas “Californias”, es decir tanto a Baja California como a California, así lo indica su emblema. Del lado sur de la frontera se es mas incluyente. Lo mismo en la radio.


Y también es lo mismo en la señalización de las carreteras de Baja California. Por ejemplo, en la carretera escénica, desde Ensenada, se ven letreros que indican que para llegar a San Diego hay que continuar manejando hacia el norte. ¡Hasta el símbolo de la carretera Interestatal 5 se incluye en el letrero!, con todo y los colores distintivos del logo. Y así a lo largo de la carretera, y por todas partes de Tijuana también, está perfectamente anunciado, no hay pierde.


No es igual del otro lado. En las carreteras de San Diego pareciera que no se quisiera reconocer la cercanía con Tijuana. No hay letrero alguno similar. Mientras se maneja desde Los Ángeles hacia el sur, por esa misma carretera interestatal, se ven constantemente los letreros que indican que la carretera conduce a San Diego. Algunos de estos letreros están perfectamente centrados en puentes, con letras muy grandes. Otros en postes diseñados especialmente para el espectacular. Ya en San Diego no hay una sola señalización con similares características que indiquen que la carretera conduce a Tijuana. Se ven los letreros que dicen National City, Chula Vista, o simplemente los que dicen South (Sur). A la altura de Carmel Valley hay un letrero digital a la orilla de la carretera que a veces dice en letras pequeñas: Border 28 min. Ya cerca de la frontera hay un letrero más específico y permanente, esta a la orilla, dice en letras pequeñas: Int’l Border 3, Tijuana 4, Ensenada 79. El número representa la cantidad de millas que separa a esos puntos a partir del anuncio.


Curiosamente en el noroeste de los EEUU no es igual. Allá si se dan por enterados de la cercanía con la ciudad que esta ubicada al otro lado de la frontera, en Canadá. En la ciudad de Seattle, Washington se anuncia, en ese mismo Freeway I-5, que en dirección norte se encuentra la ciudad de Vancouver, BC (British Columbia). Se anuncia con grandes letras y al centro, igual que como se anuncia a las ciudades estadounidenses. ¿Por qué la diferencia con Tijuana? Hasta parece desprecio. Como nota, Tijuana inicia inmediatamente al cruzar la frontera, y está a tan solo 29 Kilómetros del centro de San Diego. Mientras que Vancouver está a 51 Kilómetros de la frontera con EE.UU, y a 230 km del centro de Seattle. Otra nota interesante: Tijuana y San Diego son ciudades hermanas. Seattle y Vancouver no lo son.


Con la accesibilidad de los diarios es igual. En el Aeropuerto Abelardo L. Rodriguez de Tijuana usted puede comprar el periódico Union Tribune de San Diego. Esta disponible, aunque no vea a ningún estadounidense a su alrededor. En el aeropuerto Lindbergh Field de San Diego usted no encuentra un solo diario o revista de Tijuana. Y esto ha sido así desde hace mucho tiempo, desde mucho antes del CBX.

El alquiler de carros también es diferente para los ciudadanos residentes de la “mega región”. Hoy, cualquier ciudadano estadounidense puede rentar un automóvil con matricula mexicana e introducirlo temporalmente a los EE.UU sin contratiempo alguno. Los turistas mexicanos que vacacionen en San Diego, si rentan un carro con matricula de EE.UU no pueden utilizarlo para cruzar a México. ¡No pueden utilizar ese vehículo para extender sus vacaciones a Tijuana! Se lo decomisarían en la frontera, de ser descubiertos.

Hoy, Enero 2021, por causa de la pandemia se dice y se anuncia en los noticieros de que la frontera entre México y EE.UU está cerrada. Pero eso no es realidad. Las principales garitas de la región Tijuana San Diego operan las 24 horas. Todo ciudadano estadounidense o residente permanente puede cruzar entre los dos países, a cualquier momento. La frontera esta cerrada solo para los ciudadanos mexicanos que cuentan con la mexicana como única nacionalidad, y que no son residentes permanentes de los EE.UU. No es pareja la relación.

Estas relaciones inequilibradas, han sido notorias desde siempre. Durante mi edad de la adolescencia y temprana adultez observaba como los jóvenes estadunidenses podían entrar a la discotecas y bares de Tijuana, mostrando solamente su licencia de conducir de California como documento de identidad para respaldar que estaban en edad de hacerlo. A inicios de los 90 la licencia de conducir de Baja California lucía fea e improvisada en comparación con la de California, no tenía la medida estándar de una tarjeta de crédito, como las de hoy. Y los datos del conductor se capturaban con máquina de escribir. Nuestro primer documento de identidad a la altura fue la credencial estatal de elector; era vertical y tenía un muy bonito diseño donde se apreciaba en su totalidad la península de Baja California, además cumplía con las medidas estándares de una tarjeta de crédito; y el nombre del estado de Baja California era lo primero que se veía en la parte superior de la credencial. Recuerdo que intenté utilizarla como documento de identidad en una discoteca de San Diego, no la aceptaron. Me dijeron que tenía que utilizar el pasaporte mexicano, que era el único documento mexicano que aceptaban, y recalcaron la razón: porque era muy difícil de conseguir.

Los ciudadanos de San Diego, en su gran mayoría, no visitan Tijuana, no cruzan la frontera. La frontera no está presente en su cotidianidad, muchos ni la notan, es un afterthought, como dicen en inglés. No sé si algún centro de investigación, como la UABC o el Colegio de la Frontera Norte, ha realizado estudios de cuantas veces al año los trabajadores y profesionistas de las empresas de San Diego cruzan a Tijuana en calidad de turista. Hace más de 10 años, en el 2007, durante mis estudios de postgrado en Cetys Universidad cursé una materia optativa llamada Administración Transcultural. En uno de los trabajos decidí hacer una encuesta a mis colegas sobre cruces fronterizos. En mis redes sociales yo pertenecía a dos listas de distribución, una era con egresados de mi licenciatura en la UABC Ensenada, varias generaciones de ellos. Ya todos ejercían sus carreras, la mayoría estaba ubicado en buenos puestos en las diferentes ciudades de Baja California, y residían en el estado. La segunda lista era con ex-colegas de trabajo de una empresa de San Diego que se dedicaba a las tecnologías de la información y comunicación, todos residían en las diferentes ciudades y comunidades del condado de San Diego. Se puede decir que ambos grupos tenían una posición socio-económica similar. A los primeros les pregunté cuantas veces al año cruzaban la frontera hacia el norte, en calidad de visita. Hubo varios quienes contestaron que hasta 50 veces al año. A los segundos les pregunté cuántas veces habían cruzado la frontera hacia el sur en calidad de visita durante los últimos cinco años. La gran mayoría contestó cero veces, ¡cero veces durante cinco años!. Unos cuantos si habían cruzado una o dos veces; uno solo cruzó 6 veces durante este periodo

La mega región Tijuana-San Diego como una sola zona conurbana es una muy buena idea, existe una comunidad, compuesta en su gran mayoría por mexicanos o estadunidenses de origen mexicano, que se desenvuelve de manera constante y fluída en ambos lados de la frontera. Pero para la gran mayoría de los residentes de esta región, para el ciudadano común, tanto de Tijuana como de San Diego, la región Cali Baja no es una sola zona conurbana. Y parece que para los comerciantes que se anuncian en los canales de TV de San Diego tampoco lo es. Nunca he visto que se dirijan a los ciudadanos norteamericanos que residen en Baja California, ni a los miles de trabajadores que diariamente cruzan la frontera.

Enero, 2021

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